Escritores, formadores y abogados, entre otros, conocen a la perfección la Regla del 3 (Omne trium perfectum): estructurar un contenido en 3 partes, dividir en 3 bloques de 3 elementos, o escoger 3 ideas principales a transmitir, son algunos ejemplos.
Steve Jobs, fue un maestro en esta materia, entre muchas otras.
Esta idea la podemos hacer extensiva, al ámbito de la empresa y también al personal, por ejemplo, podemos:
- Fijar 3 objetivos para esta semana o para los próximos 9 meses.
- Construir 3 hábitos a lograr en los próximos 21 días.
- Analizar un problema/trabajo fraccionándolo como 3 más pequeños
- Aportar 3 escenarios posibles ante hipótesis inciertas.
- Razonar la venta de nuestro producto/servicio en base a 3 evidencias.
John Medina (autor del libro Brain rules) constata que el cerebro humano se pierde a partir del 4º o 5º argumento. Tres es el número de conceptos que la mayoría de personas recordamos.
Tres es lo bastante pequeño para ser asequible y lo bastante grande como para formar grupo (y aportar seguridad, equilibrio y armonía).
El ser humano percibe el 3 como la cantidad mínima para aceptar algo como patrón mental objetivamente válido: el primer elemento es producto del azar y el segundo es por casualidad.
Os proponemos La Regla del 3 para organizar la semana: dividiéndola en 3 bloques: lunes-martes, miércoles y jueves-viernes.
Utilizaremos el miércoles como bloque de análisis: qué temas importantes quedan pendientes?, existen conflictos nuevos previsibles?, puedo adelantar plazos?, … y concentrar los esfuerzos de jueves-viernes en terminar y resolver.
A menudo analizamos los viernes, cuando ya no hay tiempo para reconducir el rumbo.