Gestionar los efectos del calentamiento global del planeta, es en uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos a medio plazo.
Tras la firma de los acuerdos de París (2015), la década que viene debiera convertirse en la de la consolidación de medidas que eviten que la temperatura a nivel global no supere el grado y medio. Gobiernos y empresas ya trabajan en innovaciones tecnológicas que permitan lograrlo.
Carne sintética o hecha con plantas. La ganadería industrial representa el 14,5% de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Pero existen alternativas. Beyond Meat han elaborado carne a partir de ingredientes vegetales y existen otros proyectos que han creado carne en laboratorio, mediante el cultivo de células in vitro.
Biofertilizantes (bacterias y hongos) contra pesticidas (origen químico), que se traducirá en un uso más sostenible y eficiente del suelo agrícola. Symborg (empresa de biotecnología murciana), ha lanzado un biofertilizante sostenible que reduce + 60% el uso de nitrógeno gracias a una bacteria.
Enzimas que absorben el plástico. Cada año se vierten 12 millones de toneladas de basura al mar. En 2016, un estudio modificó de manera accidental una enzima que evolucionó hasta el punto de alimentarse de plásticos.
Vehículos eléctricos e híbridos. Una directiva de la UE obligará a los fabricantes a tener un 25% de este tipo de vehículos en su flota. En 2030, debería haber entre 125 y 220 millones de coches eléctricos circulando por el planeta.
Gestión de la radiación solar. Aunque todavía se desconocen cuáles podrían ser sus efectos a largo plazo, se trataría de limitar el calor proveniente del sol aumentando la masa nubosa en la atmósfera, mediante nubes a baja altura sobre los océanos o simulando las que producen las erupciones volcánicas.